Solvencia económica: qué es y cómo mejorarla
Fecha de publicación 25.05.2021
La solvencia económica es fundamental si deseamos solicitar financiación. Por ello, es importante conocer de qué se trata y poner en práctica algunos consejos para mejorarla. En ocasiones habrás oído hablar de términos como “solvencia”, “liquidez”, “ratio de solvencia”, etc., y es posible que nunca hayas tenido claro su significado. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre ello, así como la importancia de ser solvente para evitar tramos de dificultades económicas.
Qué es solvencia
La solvencia económica es la capacidad de una persona para hacer frente a las deudas contraídas. Por ejemplo, al pago de una vivienda, al pago de facturas, de un automóvil, o cualquier otro gasto en el que hayamos incurrido.
En definitiva, se trata de la capacidad de pago para cumplir con las obligaciones contraídas. Así, una persona solvente cuenta con el dinero necesario para pagar sus gastos y deudas, mientras que una persona insolvente no puede pagarlos.
Diferencia entre solvencia y liquidez económica
Los conceptos de solvencia y liquidez están directamente relacionados, pero son distintos.
La solvencia es la capacidad de pago de una persona. Es decir, aunque no tenga mucho dinero líquido en el banco, puede contar con suficientes bienes en su patrimonio que le permitirán poder adquirir deuda.
Sin embargo, la liquidez es el dinero físico con el que una persona cuenta en un momento determinado, o bien la capacidad de convertir los activos financieros en dinero (o sea, venderlos para conseguir dinero líquido y aumentar nuestra liquidez).
Es decir, una persona puede ser económicamente solvente, aunque no disponga de gran liquidez (porque tenga casi todo su patrimonio invertido en activos, por ejemplo, en viviendas, joyas, mobiliario, etc.). Pero si una persona cuenta con gran liquidez, sí podemos decir que es económicamente solvente.
Importancia de la solvencia económica
La solvencia económica adquiere especial relevancia a la hora de solicitar financiación, ya que los bancos analizan la solvencia de sus clientes a través del denominado scoring bancario antes de concederles un préstamo solicitado.
Así, cuanto más solvente sea un cliente, mayor scoring bancario obtendrá, por lo que mayores serán las posibilidades de que se le conceda el crédito solicitado.
No obstante, además de por el hecho de conseguir financiación más fácilmente, ser solvente económicamente es la situación deseada para todo individuo en cualquier momento de su vida, de modo que evitemos contratiempos y dificultades financieras.
Tipos de insolvencia económica
La insolvencia económica es aquella situación en la que uno no puede hacer frente a sus obligaciones diarias o mensuales. Por ejemplo, pagar su vivienda, sus facturas o cualquier otro gasto que se le presente.
En general, esta situación se da cuando los ingresos son inferiores a los gastos y cuando no contamos con patrimonio suficiente que poder vender para obtener la liquidez necesaria que nos alivie de esta situación.
Por su parte, existen dos tipos de insolvencia, los cuales se detallan a continuación:
Insolvencia económica permanente
Esta situación es la más preocupante, pues se trata de una insolvencia recurrente, que se prolonga en el tiempo sin ninguna tregua. Es por ello que debemos intentar salir de dicha situación cuanto antes, pues podemos incurrir en serias deudas económicas a las que será difícil hacer frente, y mucho menos sobreponerse después.
En estos casos, debemos:
- Reducir gastos: analiza bien tus gastos mensuales y elimina aquellos de los que puedes prescindir durante un tiempo. Incurre solo en aquellos gastos absolutamente necesarios y trata de economizar cualquier partida en la que suelas incurrir.
- Aumentar los ingresos: esta parte resultará más difícil porque, en general, no depende de nosotros recibir más ingresos. Sin embargo, en la medida de lo posible intenta aspirar a un puesto laboral con mayor retribución, o si dispones de horas libres durante la semana o el fin de semana, trata de buscar otro empleo adicional que sea compatible con tu rutina actual.
Insolvencia económica puntual
Encontrarse en una situación de insolvencia económica puntual no es tan grave como la anterior, pero tampoco es deseada. Por tanto, hay que intentar salir de ella en la medida de lo posible.
Por ejemplo, también puedes intentar revisar tus gastos y reducir aquellos que no sean absolutamente necesarios, o puedes tratar de vender algún bien que no necesites para recibir una fuente de ingreso extra que te permita salir de la situación de insolvencia.
Recuerda que la solicitud de financiación bancaria debe realizarse de manera responsable, es decir, por la cantidad exacta que necesitemos y solo cuando se tenga la certeza de que podremos ir devolviendo las cuotas. Además, solo debe recurrirse a esta opción cuando se hayan analizado otras alternativas que no supongan incrementar nuestro endeudamiento.
Consejos para mejorar tu solvencia económica
Con el fin de mejorar nuestra solvencia económica, situación deseada en cualquier momento de la vida, se recomienda poner en práctica los siguientes consejos:
- Analiza tus ingresos y gastos de manera recurrente: sé consciente de dónde se te va el dinero. Para ello, revisa las partidas de gasto mensuales, incluso diarias, para detectar algún gasto del que puedas prescindir, que te permita ahorrar más dinero y mejorar tu solvencia económica. Por ejemplo, a lo mejor eres de los que desayuna fuera de casa o sale a comer fuera muy a menudo. Quizá estos sean los gastos que puedes tratar de reducir durante algún tiempo.
- Crea un colchón de ahorro para los momentos difíciles: que nos vaya bien hoy, no significa que mañana estemos en la misma situación. Es por ello que conviene ahorrar cierta cantidad todos los meses, o al menos siempre que nuestros ingresos nos lo permitan, para que nuestra solvencia no se vea perjudicada si se avecinan tiempos difíciles. Por ejemplo, puedes tratar de fijar una cantidad mensual de ahorro, que vaya variando acorde con tus posibilidades económicas del momento.
- Establece metas para ganar más solvencia: es evidente que cuanto más jóvenes somos, menos patrimonio y fuente de ingresos tenemos. Sin embargo, la idea es que con los años vayamos siendo cada vez más solventes, por lo que es importante marcarse metas profesionales que nos permitan avanzar personal y económicamente.
Fuentes: Saber más, Economipedia
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